Juliet L. Armstrong siempre se las apaña para liarla

Después de una bonita noche hablando con Oliver, nuestra pequeña se despidió como siempre de él y se fue a dormir. Cinco minutos después se levantó con el corazón en la garganta, sin poder respirar. Pilló el móvil y empezó a escribir. Una maravillosa declaración de amor a Oliver, no podía más... dudaba si darle a enviar y se arrepintió. Pero se equivocó de tecla y aquello se envió. Dios mío... ¿qué había hecho? Ahora la evitaría o cualquier cosa de esas, no iba a ser nada igual... Pasó una noche malísima; él no contestaba y ella no podía pensar en otra cosa que en la atrocidad cometida.
Por la mañana, la amiga de la otra vez, habló con él de lo sucedido. Dijo que ahora tenía todo mucho menos claro, que quería a su novia pero era más que obvio que sentía algo por Juliet. También dijo que iba a quedarse como estaba para ver con quién se sentía mejor.
Todo el mundo le decía a Juliet que siguiese igual con él, o mejor. Pero ¿después de decirle eso querían que le abrazase y le diese besos como si nada? Por favor, Juliet era una criaja tímida, y esto ya le sobrepasaba. "¿Por qué empecé a escribir ese dichoso mensaje? ¿Por qué he llegado a esto? ¿Por qué quieres a esa chica que pasa de ti y a la que prácticamente no ves ni hablas?" Todo esto pasaba por la mente de nuestra pequeña cada segundo.  Confusión, no hay otra palabra.
Todo esto se le escapaba de las manos

1 comentario:

  1. Llega a pasarme a mí y me muero, vamos, es que empezaría a correr histérica por toda la casa jajaja
    Ojalá se de cuenta de que estaría mejor contigo, Juliet.
    Un besito :)

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