Fuck everything

Juliet prefería pasar de todo. Ahora sí que sí. Oliver no era como ella creía. Le había hecho soñar, pensar de maneras extraordinarias sobre él, sentir cosquillas asquerosas en el estómago y fantasear día y noche. La había acercado a él de una manera descarada. Estaba jugando a dos bandas, es verdad que tiene altibajos con su novia. Quizá pensó que Juliet era una buena segunda opción.
Aparte de este fracaso, al darse cuenta de estas cosas, nuestra pequeña se sentía extremadamente gilipollas. ¿Cómo había sido tan tonta de creerle? Por jugar a ser mayor se había caído; sus rodillas chorreaban sangre y le escocía mucho. Por suerte ahí estaba el de siempre. Su querido Ed.
A pesar de que él había vuelto con la zorra (que parece que iba rehabilitándose como una persona), le había demostrado que los mejores amigos siempre están ahí. En cuanto oyó una queja fue corriendo a por ella, la cogió a caballito y se la llevó lejos. Le echó un poco de alcohol en la herida, escoció unos instantes, pero luego le puso una tirita con cariño, le dio un pequeño beso y le dijo que tuviese cuidado. Según él, nadie merecía las lágrimas de Juliet y le aseguró que si se lo encontraba iba a decirle más de cuatro cosas. Mal dichas.


Así, que después de todo esto, Juliet pensó olvidar todo, olvidar que Oliver era un gilipollas; o mejor aún, olvidar que Oliver existía. Decidió que nada iba a hacerle daño, y menos sin tener consecuencias; decidió por vigésimo quinta vez que iba a crecer. Esperemos que esta vez lo consiga.

1 comentario:

  1. Qué rabia la gente que juega a dos bandas.. por lo menos Ed estuvo ahí, no? Un beso Juliet :)

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