Your arms are like towers, towers over me

No sé cómo me siento. Estoy ilusionada pero apagada al mismo tiempo.
Cuando pienso en él, normalmente sonrío; otras, como ahora, siento indiferencia y tristeza. Quizá es porque sé que estas cosas no deben hacerse y que puedo hacerme mucho daño.
Tengo que admitir que cuando me habla se me escapa una sonrisilla tonta, que me encanta como huele y que se me eriza la piel cuando me pasa su brazo por mi cintura.
Recuerdo el Domingo pasado perfectamente; me abrazaba todo el rato y me daba dulces besitos de vez en cuando; y en uno de esos abrazos parecía que no íbamos a soltarnos nunca. Sinceramente, me hubiese quedado allí para siempre. Incluso me cogía en plan princesa y al abrazarme me levantaba unos centímetros, en plan foto amorosa de Tumblr. En uno de esos abrazos ñoños, me besó el cuello, y tras otro, apoyó su cabeza contra la mía de frente durante un ratito largo; poco más y hago algo de lo que podría haberme arrepentido un poco.
Cuando te muestra cariño lo hace con ganas, y eso hace que me apene por una parte, ya que no le respondo todo lo que a mí me gustaría. No es porque no quiera, simplemente porque si le diese rienda suela a mis sentimientos haría cosas que no debo y me metería en follones bastante grandes.
Hay que recalcar, claro está, que tiene novia, aunque últimamente no sabría que pensar acerca de sus sentimientos, ya que además tiene muchos problemas con ella.
Un chaval dijo una vez que está muy pesadito conmigo, que no para de hablar de mí. Incluso dijo que si yo le dijese algo no se lo pensaría dos veces ¿pero algo de qué? Yo no quiero servir para dar celos, poner cuernos o pasar un buen rato... Yo quiero que sea MÍO. Solamente mío.



No hay comentarios:

Publicar un comentario