Charcos de profunda tristeza.

Tengo la esperanza de que cuando muera me saldrán un par de maravillosas alas y ascenderé muy, muy alto, donde pueda contemplar el mundo entero. Veré cada rincón en el que haya deseado estar, veré a todas las personas que un día me olvidaron y que en ese momento me echarán en falta, contemplaré las injusticias, las guerras, el hambre, los llantos y el sufrimiento, y empezaré a llorar. Tanto que provocaré lluvias, lluvias inmensas que duren días enteros y que quizá más de uno odie. Entonces oiré mi nombre, cuatro veces; y toda esa gente que un día se esfumó de mi vida aparecerá, me tenderán sus manos, de repente cálidas y nos iremos. No sé a donde. Y luego volveremos. Juntos.


Me parece bonito pensar que la lluvia se forma así y que por eso el cielo está gris y triste; porque sería ahí cuando alguien se da cuenta del mal causado y se arrepiente. Y después de todo aquello volvería a vivir despreocupadamente, intentando no cometer los mismo fallos. Sería otra oportunidad porque aquí no hay pecados, solo errores humanos.

1 comentario:

  1. Las palabras que entrecomillo al final, no son mías pero suscribo todas y cada una de ellas.Creo que eres una persona excepcional con un talento y una sensibilidad poco usual en gente de tu edad.Me siento muy orgullosa de ti, no solo por lo que escribes sino también por tu actitud y tu manera de afrontar la vida.Te quiero princesa
    Ahí va el comentario de alguien que no ha podido acceder a los comentarios pero que le ha gustado tu entrada tanto como a mí "No hace falta que se mueran las personas para poder tener dos alas y ascender muy muy alto. La vida te regalará todos los lugares en que desees estar, porque todos esos lugares están en ti. Es emocionante ver que existen personas como tú. Un beso de alguien que también vuela."

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