wanna explode

A veces se siente perdida. A veces no puede ver. A veces no puede escuchar. A veces no puede sentir. A veces, simplemente, todo está muerto.

Juliet no tiene sitio en ninguna parte. Solo los brazos de Ed son capaces de consolarla durante un tiempo. No tiene lugar al que ir. Todos tienen su grupo. Todos salen. Todos viven. Ella está sola. Ella está de más. Ella es rara, a veces le cuesta existir.
¿Quién querría acercarse a ella o charlar? ¿Quién querría salir a dar una vuelta con ella y conocerla? 
Si va a un sitio nuevo todos se callan, parece que su presencia incomoda. A Juliet se le olvida hablar y la gente la suele juzgar. Siente envidia. Envidia mala. Le corroe. Le hierve la sangre. Ella sabe que no es inferior y sin embargo la tratan de inexistente. Odia su forma de ser. Odia no ser capaz de guardar la compostura. A Juliet le da miedo la gente.

En alguna ocasión, de camino a casa, se pregunta quién es. Por qué se comporta así. Qué puede hacer por cambiar. No se comprende. Ella quiere cosas. Ella sabe lo que quiere. No puede conseguirlo. Hay un muro de hielo que la separa de lo que anhela. Sí. La rabia vuelve. La rabia hacia ella misma. "No soy suficientemente buena", piensa. Y a su vez se enfada más consigo misma por despreciarse y comienza a llamarse victimista. Se desconcierta. Prefiere enterrar el tema. Las dudas hacia su persona afloran de nuevo. Juliet lucha contra ellas, pero está cansada. Cae la tarde y se derrumba. 
Y como siempre llega él y restaura la calma.

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